miércoles, 30 de octubre de 2013

POLÍTICA Y MOVILIZACIÓN SOCIAL
Poco a poco, pero sin descanso, el ejercicio de la política en el país viene cambiando. Hace unos años los gamonales políticos eran los que hacían y deshacían. Cuentan que, por ejemplo, el día de la celebración del cumpleaños del Jefe político, en la alcaldía o la gobernación, no se trabajaba. Todos debían asistir al festejo y aportar la cuota económica respectiva. A nadie removían de su puesto, sin importar si era buen o mal trabajador, sin permiso del Jefe. Figurar en la agenda del Jefe era existir, lo que permitía aspirar a cargos, a contratos o a obras para sus barrios, veredas, municipios o familiares. Esto se ha ido reduciendo sin desaparecer.
Lo que sí ha crecido es el desprestigio y la desconfianza en las instituciones políticas. La credibilidad de los ciudadanos en los concejos, asambleas y el congreso cada día es menor. Esto no quiere decir que los concejales, los diputados y congresistas, por sí mismos sean deshonestos o malos funcionarios, sin embargo, la ciudadanía cada vez cree menos en esas instituciones. Si los ciudadanos pierden la confianza en quienes son sus representantes, la democracia entra en crisis porque son estos los que deben mediar ante el estado y sus entes para tratar de solucionar los problemas de la comunidad. Además a estos delegados, con mucha frecuencia el estado no les pone el cuidado que merecen. La ciudadanía va quedando sin voceros y expuesta únicamente a que la buena voluntad de los mandatarios acogiese sus peticiones.
Pero la dinámica social no se detiene. Toma nuevas formas y expresiones. Hoy en día los ciudadanos han entendido, ante la abulia y paquidermia de los gobiernos para contestar sus demandas más sentidas, que si no se convierten en un verdadero problema no les ponen cuidado. En otras palabras, la gente cansada de ser engañada, de escuchar promesas que no se cumplen y de esperar con paciencia, se ha visto obligada a convertirse en problema para que la escuchen y obtener resultados.
Todos los días vemos como cada sector social se toma y tapona las vías para protestar por el abandono secular de los gobiernos. Las vías de hecho se han convertido en la única salida para que los ciudadanos obtengan respuesta a sus urgentes peticiones. Si taponan la vía la respuesta es lenta. Pero si hay orden público, heridos y, de pronto muertos, los funcionarios de alto nivel y el gobierno mismo, corren a buscar soluciones. Como si la sangre y las lágrimas fueran la nueva moneda que exige el sistema para solucionar conflictos.
Ya la gente aprendió que no necesita representantes. Que ella sola se puede representar y que si se moviliza con decisión, puede obtener lo que necesita. Sin embargo, estas movilizaciones de inconformes aún son muy espontáneas, los niveles de organización son precarios y esto abre las puertas para la manipulación y el aprovechamiento para fines distintos a los iniciales.

La campaña política de los que aspiran a ser representantes de la comunidad, está en marcha. ¿Será que los candidatos ya se dieron cuenta que la política está en pleno proceso de cambio? ¿Estará dispuesta la ciudadanía a seguir votando por los mismos, con las mismas prácticas y los mismos discursos? Habrá que estar atento.

martes, 22 de octubre de 2013

SINFONÍA IBAGUEREÑA POR LA PAZ
El pasado doce de octubre, fecha emblemática para toda América, se realizó con lujo de detalles el evento llamado Sinfonía Ibaguereña por la paz. El plato fuerte fue la presentación de la Sinfonía número 9 en Re menor Opus 125, más conocida como “la coral”, que fue la última sinfonía completa de Beethoven y considerada la más importante y popular de la música clásica.
Ibagué que lleva con orgullo el título de Ciudad Musical, que posee uno de los mejores conservatorios del país, con reconocimiento internacional y con más de 100 años de historia, de donde han salido y estado grandes intérpretes, compositores y solistas, no había tenido la oportunidad de montar la interpretación de esta magna obra, como si lo han hecho grandes capitales del mundo. Se puede decir, sin temor a errar, que no existe agrupación sinfónica en el país que no cuente entre sus miembros destacados con egresados de los conservatorios de Ibagué o del Tolima.
Para celebrar el cumpleaños 463 de la capital musical, la alcaldía decidió liderar el reto de convocar instituciones musicales locales y nacionales  para realizar un gran montaje musical como un regalo institucional que dejase huella en la memoria y en la historia de la ciudad.
Se invitaron las orquestas del Conservatorio del Tolima, del Conservatorio de Ibagué y la Orquesta Sinfónica de la Universidad del Tolima a preparar y ejecutar el montaje de la Novena Sinfonía que en el mundo ha sido reconocida como un canto a la libertad, la alegría y la fraternidad entre los pueblos. El reto era una interpretación en plaza pública, con entrada libre sin distingos de estrato, edad, ideología, sexo o raza, demostrando que la música, en todas sus dimensiones, reside en el alma de los ibaguereños.
El maestro y director de orquestas con experiencia internacional, el ibaguereño Carlos Manuel Fernández se encargó de la dirección musical y el diseño del montaje con más de 200 músicos. Los coros de la Ópera de Colombia con la dirección del maestro Luis Díaz junto con un coro local organizado y dirigido por el maestro Néstor Hernando Gómez fueron el eje del cuarto movimiento de la Novena Sinfonía. Invitados la Soprano Beatriz Elena Mora Escobar, la contralto Adriana Montaño Lara, el tenor Andrés Mauricio Roldán Califa y el barítono Camilo Mendoza.
Se organizó una gran estructura para proteger de la lluvia, amplificación, silletería engalanada con los colores de la bandera de la capital musical,  al igual que la tarima donde se acomodaron los músicos.  Más de cuatro mil personas, vestidas de blanco como homenaje a la paz, llegaron desde antes de las 7 de la noche, hora citada para el inicio del gran concierto al aire libre en la Plaza Murillo Toro de Ibagué.

El espectáculo fue verdaderamente  estupendo, de ensueño dirían algunos.  Colombia y el mundo quedaron convencidos que la capital musical de Colombia es Ibagué. Las caras de satisfacción y orgullo con que salieron los que asistieron son indescriptibles. Los corazones estaban inflamados de emoción, henchidos de sentimiento terrígeno y muchas lágrimas asomaron por la alegría de un cumpleaños de la ciudad amada, nunca visto. La música, en su más linda expresión, fue el hilo que tejió la red de unidad y esperanza como bello regalo para Ibagué.

viernes, 11 de octubre de 2013

LAS BUENAS COSTUMBRES
Las buenas costumbres, es algo así como una muletilla con la que solemos referirnos a diferentes aspectos de la vida cotidiana. ¿Pero cómo se define que una costumbre es buena? ¿Quién la define? ¿Una buena costumbre es igual en todas partes?
En un capítulo de su excelente texto, “Vacas, cerdos, guerras y  brujas”,  el antropólogo Marvin Harris, nos demuestra cómo a pesar de la creencia de Occidente que los habitantes de la India son unos torpes porque no se comen las vacas, sino las adoran en medio de una pobreza y unas hambrunas impresionantes, que ellos utilizan más eficientemente estos animales, que los que de manera simple las convierten en hamburguesas o filetes suculentos… Para algunos es buena la costumbre de comerse las vacas y para otros es buena la de adorarlas. Ambos grupos creen tener la razón.
Kant decía que la costumbre hace norma, por lo tanto, muchos piensan que mantener la costumbre es lo ideal. Pero esto puede ser equivocado. La verdad inicialmente es un proceso de minorías. La verdad en un principio sería contraria a las buenas costumbres. Con el tiempo, esta verdad de minorías ganará terreno y se convertirá en un asunto de mayorías y de acostumbramientos. Y surgirán otras verdades…
Si un vecino de un barrio decide convertir, por ejemplo, su antejardín en un garaje o ampliar su sala y no hay autoridad que lo conmine, funciona entonces como un permiso tácito para que otros hagan lo mismo. Con el paso de los años muchos considerarán que es normal y bueno realizar esta práctica. Y si ulteriormente una autoridad quiere remediar este entuerto, como se ha convertido en una buena costumbre, va a enfrentar una gran resistencia y rechazo.
Pero estas buenas costumbres van más allá. La corrupción de tanto ejecutarse, de tanto ocurrir todos los días termina viéndose como normal. Algún líder social o comunitario considera bueno y normal que le paguen por su esfuerzo electoral con el nombramiento de miembros de su familia, con el otorgamiento de contratos a dedo o de favores especiales. Esa es la costumbre. Así ha sido siempre y así debe seguir. Para algunos una mentira repetida muchas veces se transforma en una verdad. ¿Entonces, para qué cambiar estas buenas costumbres?
¿Pero  por el hecho de ser repetitiva, frecuente y muy difundida será buena está práctica? Que cualquier policía de tránsito decida “colaborarle” a un infractor recibiéndole algún dinero, es tan normal, que ya parece bien hecho. Que se facturen sobrecostos, que se nombren personas sin experiencia, que se hagan obras de mala calidad o incompletas, que se compren cosas que no se necesitan o que no sirven, que adrede se retrasen procesos para luego cobrar por acelerarlos, que se hable mal de los contradictores solo para desprestigiarlos con calumnias y mentiras, que se acomoden los requisitos para nombramientos o licitaciones, son solo una muestra de buenas costumbres cotidianas.
Hay otras buenas costumbres, como cobrarles parte del sueldo o exigirles favores sexuales a los subalternos para sostenerlos en sus puestos o recomendarlos. Existen muchos practicantes de estas buenas costumbres y posan con crucifijos y camándulas para aparecer como beatos, santurrones, honestos y transparentes.

¿Será por la proliferación de estas buenas costumbres que dicen que el país va rumbo al abismo?

miércoles, 9 de octubre de 2013

AZUCAR Y SALUD

Los azucares refinados son, prácticamente, parte de la vida de todos los colombianos. Casi se podría decir que no hay producto alimenticio donde no estén. Se encuentran en los zumos de frutas artificiales (por la televisión se ofrecen a montones), en las gaseosas, los cereales en cajas o latas, caldos de verduras, sopas, yogures, kumis y batidos industriales, helados, chocolatines, galletas, comidas empaquetadas, enlatados, mermeladas, chicles, salsas, bizcochos, bebidas hidratantes, pan industrial, y un muy largo, etc.
Mucha gente no sabe la avalancha de azucares refinados que consume. Ni los daños que ellos le pueden traer a la salud. Estos azucares se presentan en las etiquetas como glucosa, dextrosa, maltosa, manosa, fructosa, sucrosa, sacarosa, entre otros. En general, todos los ingredientes que terminen en “osa” son azucares refinados.
El profesor de la Universidad de Utah en Estados Unidos,  Wayne Potts, realizó una investigación sobre los daños que producen a la salud los azúcares refinados, inclusive consumidos en dosis moderadas. Venenos los denomina. Corroborando otras investigaciones, el profesos Potts, establece una relación entre azucares refinados y los desordenes mentales, incluidos la demencia senil y la depresión. Uno de los más comunes es la hiperactividad, falta de atención y concentración, e incluso depresión, en niños. La relación es directa entre el mayor consumo de azúcar y aditivos en los alimentos industrializados de la dieta de los niños y estos desordenes mentales.
También hay datos sobre los daños en el aparato cardiovascular que induce el consumo de azúcar. Se sabe que aumenta los niveles de triglicéridos, colesterol y de radicales libres, que son tóxicos para el corazón y las arterias.
Un tema destacado en la investigación son los efectos sobre el sistema inmune del organismo. Las enfermedades infecciosas se presentan con mayor frecuencia en niños que consumen habitualmente azucares refinados. Además su recuperación es más lenta.
Es conocida la relación entre azúcar y caries dental. El esmalte de los dientes es el material más duro y resistente que tiene el cuerpo humano. ¿Si los azucares lo debilitan y lo dañan, qué otros daños podrían hacer en el resto del cuerpo?
El azucar por su alta acidez, inhibe la capacidad del cuerpo de aprovechar el calcio y el magnesio, debilitando los huesos y favoreciendo la aparición de osteoporosis y ateroesclerosis. El estudio documenta como el consumo de azúcar lleva a la degeneración de la mácula en el ojo, lo que desencadena pérdida de la visión por el deterioro de la retina. Se habla que a mayor consumo de azúcar mayor posibilidad de sufrir demencia senil, Alzheimer y envejecimiento prematuro.
Todos estos daños ocurren porque en el proceso químico de refinación del azúcar, para hacerlo más blanco y  fácil de disolver en líquidos, se le despoja de casi todos los nutrientes y para poder ser metabolizado por el cuerpo humano, este debe gastar altas dosis de vitaminas, enzimas, oligoelementos y minerales. Es decir, le sale muy caro al organismo el consumo de azucares.

El azúcar debe ser eliminado de la dieta. Inclusive es dañino en pequeñas dosis. Lea las etiquetas para descubrirlo. Si no cuida su salud por lo menos cuide la de sus hijos. La mejor vacuna contra las enfermedades es amor y una buena y sana nutrición, sin azucares refinados ni enlatados. Esto depende de usted.