viernes, 28 de agosto de 2015

JUDICIALIZAR LA POLÍTICA
Nuestro estado de derecho es hijo del proyecto moderno, del proyecto de la libertad. Hablar de estado de derecho es hablar de imperio de la ley. De acuerdo a esta concepción  toda política debe rendir homenaje al derecho. En otras palabras, el derecho nunca debe adecuarse a la política, sino todo lo contrario, la política debe estar adecuada al derecho. Otro principio clave es que la razón de ser de un  estado de derecho son los derechos humanos.
Un derecho humano fundamental es la presunción de inocencia, como parte integrante del debido proceso. Todo ciudadano se presume inocente hasta que no sea derrotado judicialmente y un juez lo haya declarado culpable. Cuando un ciudadano es acusado de un delito, tiene derecho a defenderse, a presentar pruebas de su inocencia, a controvertir las que se presenten en su contra y a impugnar su sentencia en caso de que sea condenatoria.
En un estado de derecho quien sea sindicado no es un culpable ni un condenado. Es inocente. Hay que recordarlo, porque se ha hecho corriente en la campaña política, que cuando se abre una investigación, que no es una condena, es utilizada para señalar como culpable al contradictor político sindicado. Y la opinión, sin profundizar, cree que ese candidato señalado es culpable y lo condenan socialmente. La política dejó de ser el arte de convencer con argumentos, proyectos y propuestas, para judicializar los actos de los demás. O rebuscar cualquier investigación abierta para hacerla pasar como una demostración de la corrupción o mal proceder del contrincante.
Judicializar la política la rebaja a niveles que dan grima. Escucha uno debates donde los candidatos se acusan, se señalan o se insultan, ponen por el suelo el buen nombre de ellos, de sus familias y las de sus contrarios. Si participan de la democracia deben defender sus instituciones. Una de las instituciones fundamentales del estado de derecho es la justicia. Si un candidato conoce de la comisión de un delito tiene la obligación de denunciarla ante las autoridades. Pero esto no se hace. Con fines politiqueros salen a los medios a acusar sin pruebas, escudados en el sofisma de dicen por ahí, me han dicho, me comentan...
Si un funcionario no ha sido condenado es porque no se ha comprobado que haya cometido delito y por lo tanto es inocente y se debe actuar en consecuencia. Que un candidato tenga 12 investigaciones no lo hace culpable. Es inocente hasta que se pruebe su delito. De lo contrario es inocente. En esta campaña se ha visto el circo de acusaciones sin fundamento, señalamientos sin sentencias judiciales, cruces de improperios, groserías y nada de propuestas ni soluciones.
Los ibaguereños merecemos un debate político de altura, con entusiasmo, fogosidad y vehemencia, con ideas sustentadas y viables, pero con respeto por los contradictores, sus familias  y parciales. Los que gustan de inflamar sus discursos y con las yugulares brotadas instar al combate y a la lucha, se arriesgan a estar impulsando delitos, violencias, a mancillar los derechos humanos y la democracia.

domingo, 23 de agosto de 2015

CULTURA CIUDADANA

Muchos se quejan del desorden en la ciudad. También son muchos los que contribuyen al desorden. Veamos ejemplos: Es grande el número de ciudadanos que deciden parquear en las calles, dejando sus vehículos expuestos a ladrones, vándalos y accidentes. Si las calles son estrechas, peor si nos parqueamos en las vías. Otros están convencidos que el pito mueve a los vehículos, y pitan desde antes que cambie el semáforo. El ruido de los pitos de carros y motos al primero que afecta es al conductor y después a todos los que vivimos en la ciudad.
El ruido también tiene que ver con los vendedores de productos que usan megáfonos a alto volumen; con los altoparlantes de almacenes que a todo grito ofrecen sus productos, con la maquinaria de las construcciones, con la música de discotecas y ventas de trago, con los carros que ponen música para que la oigan desde Girardot o las congregaciones religiosas que piensan que Dios es sordo y que sus cánticos deben llegar hasta el cielo.
El desorden tiene que ver con los conductores de vehículos que no respetan los carriles respectivos, que no detienen completamente la marcha en los pares, que aceleran su marcha cuando el semáforo está en amarillo, que detienen sus vehículos sobre la zona de cruce de peatones. Con los motociclistas que adelantan a otros vehículos por la derecha, que se suben a los andenes y no respetan los carriles. Todo esto está prohibido por ley, pero no hay autoridades que la hagan cumplir.
El desorden de la ciudad también tiene que ver con los comerciantes y dueños de restaurantes que sacan desechos de sus negocios a horas diferentes de su recolección, favoreciendo que transeúntes y animales callejeros hagan regueros en las vías, separadores o andenes. Igual ocurre con los residuos sólidos domiciliarios y los ciudadanos que botan basura en las calles.
Generan desorden los ciudadanos que exponen su vida e integridad al cruzar avenidas por debajo de los puentes peatonales o por fuera de las zonas demarcadas para su paso. Duele ver a muchas personas dañando las plantas sembradas para embellecer los separadores, por pasar la calle a mitad de cuadra. Peor los que no respetan los semáforos. O los ciclistas que manejan en contravía y sin respetar señales de tránsito. Y los que reparan vehículos en la vía pública o en las aceras.
Lo anterior y mucho más, amerita un compromiso serio, cuidadoso, continuado sobre cultura ciudadana. Pero un verdadero programa integral, no simples campañas publicitarias ocasionales con mimos y cartelitos que no causan impacto pero si sangran el erario. Un programa de cultura ciudadana debe ser una apuesta pedagógica que permita interiorizar en el corazón y la mente de los ciudadanos el respeto por las normas, la responsabilidad moral de cumplirlas y el consecuente castigo cuando se incumplan.

La cultura ciudadana busca construir ciudadanía como un patrimonio de la sociedad. Kant decía que los humanos, para vivir en comunidad, teníamos la obligación absoluta, como imperativo categórico de regular nuestra conducta. Esta autorregulación es cultura ciudadana.

jueves, 13 de agosto de 2015

¿IBAGUÉ DEBE REHACERSE MORALMENTE?

¿En beneficio de quién pensamos el desarrollo, de transnacionales y plutócratas o del ibaguereño? Si los primeros, albricias, lo logramos, si el ibaguereño, ojo, fracasamos. Por creer ciegamente que la construcción económica origina progreso social muchos desconocen que la cuestión es al revés, las construcciones sociales originan desarrollo económico justo. Doy ejemplos: el espíritu emprendedor, característico de municipios y regiones pujantes, es una construcción social que genera progreso económico y ocupación para sus propios habitantes, mientras que la mera tesis de “empleo” es falacia que disimula la explotación del hombre y del recurso natural, el daño ambiental y las cuantiosas remesas (nuestro ahorro) al exterior.

El desarrollo, para que sea incluyente, requiere de identidad y sentido de pertenencia; cultura histórica, sociológica y política; sabernos miembros de la misma sociedad sin importar donde estemos; ahorro, capital propio y democracia económica; experiencia y saber; recursos naturales explotables sin daño al hábitat; voluntad asociativa y solidaria; espíritu industrioso. La doctrina desarrollista repele o niega estas y más premisas cardinales del desarrollo social y, entonces, es al ibaguereño a quien compete entenderlas y asumirlas como guías de acción.

Por décadas en Ibagué prometen desarrollo mientras la realidad anda como cangrejo y (raro) en un medio que debería tener avidez de cambio dada su alicaída suerte, es irónico no saber que nada cambiará mientras perviva un alma de pequeñez, se juzgue de gestión eximia el paliativo social o la pequeña obra de infraestructura, se ignore que el pluralismo ideológico es base del acuerdo y se toleren oportunismos y demagogias. Es menester saber que quienes “aceptamos más de lo mismo” cohonestamos la mediocridad y atizamos la decadencia.

Por ser algo canibalescos y poco dialogantes, muchos paisanos dirigentes no creen que la construcción social aporte esas cargas de afecto, empoderamiento y visión que hacen viable el progreso económico justo y, por ello, desdeñan el sentido de tareas urgentes, como: educar sobre territorio, historia y juridicidad municipalista, promover la asociatividad, crear colonias municipales, proteger el agua, crear turismo interno, reinventar el festival folclórico y la feria agropecuaria, instituir las “olimpiadas” regionales y algo que hoy importa un bledo: saber de los emigrantes que acá se les negaron oportunidades y respeto. Algo diré en próximo artículo.

Ilógico no es admitir que a Ibagué debemos rehacerlo moralmente, con nuevo espíritu, con imaginarios de prosperidad colectiva inéditos y posibles, con ideas de futuro incluyentes y de largo plazo y con ideas motoras y acciones estratégicas que detonen el autentico desarrollo socio-económico. Rehacer moralmente a Ibagué es esencial para rehacerlo físicamente y ello lo logramos con diálogo continuo e informado, visión compartida, respeto al pluralismo y la diversidad y cohesión social. Sin duda estaremos de acuerdo en que debemos intentarlo.


Quien acepta que Ibagué necesita nuevo espíritu, aceptará que tal espíritu no llega por osmosis, milagro o dádiva, sino como efectos concurrentes forjados desde cada unidad del orden social (privada o pública). Amigo ibaguereño, permítame invitarlo con respeto pensar la tesis de la construcción social como cimiento para construir una economía para los propios y no para terceros e invitarlo (en época electoral) a inaugurar una nueva cultura política que enaltezca y califique el debate político y permita la elección correcta de gestores públicos. Con tesis nuevas y cultura política rejuvenecida, la prosperidad económica real y la calidad de vida de nuestros conciudadanos serán objetivos alcanzables, dignificantes y cohesionadores. 

CONTINUISMO Y POLÍTICA

El continuismo se convirtió en slogan de campaña para la alcaldía. Unos porque consideran que algunos lo encarnan y otros porque lo rechazan. ¿Es vergonzante continuar obras realizadas por otro? ¿Es muy importante en política demostrar que el mundo inicia con uno y que antes todo era caos y tinieblas?
Ibagué tiene 344.15 kilómetros de vías. Cuando inició este gobierno el 70% estaba en mal estado, es decir 241 kilómetros. La recuperación total de la carpeta asfáltica costaría más de 350 mil millones de pesos. El gobierno nacional no aporta recursos para vías internas urbanas. El 70% del alcantarillado tiene más de 50 años de vida, luego su recuperación es urgente. Para mejorar las vías es indispensable recuperar el alcantarillado. Esto costaría unos 400 mil millones adicionales. Según el informe de Ibagué como vamos, este gobierno en 2014 entrega 40% de las vías en buen estado y en regular 21%. Quedan 134 kilómetros en malas condiciones. Falta, pero se ha avanzado mucho. ¿Continuará el candidato que gané con este buen proceso?
¿Para no ser continuistas los candidatos abandonarán todo lo que se ha hecho para  disminuir de la pobreza monetaria, reducción de pobreza extrema y disminución de la desigualdad? ¿Van a suprimir el proceso de matrícula en línea que acabó con las colas en los colegios para obtener cupos para los estudiantes? ¿Acabarán la gratuidad educativa de cero a once y la Universidad Humana porque son obras de este gobierno? ¿Suspenderán los procesos de mejoría de la calidad educativa que hoy muestra cifras mejores que las nacionales? ¿Echaran por la borda los programas que han reducido el número de embarazos en adolescentes? ¿Y los 50 mil desayunos escolares? ¿Y las 41 zonas wi fi gratuitas?
El gobierno anterior construyó 2.176 viviendas de interés social, en solo tres años en este gobierno se han construido 6.671. ¿Se continuará con esta buena política social? La matrícula de vehículos en Ibagué durante el gobierno anterior fue de 72.573. En los tres primeros años este gobierno subió a 75. 199 vehículos. El recaudo pasó de 4 mil quinientos millones a más de 6 mil cuatrocientos millones. En impuestos de industria y comercio en 2011 recaudaron 31 mil setecientos millones y en el 2014 se aumentó a más de 41 mil millones. En predial se pasó de 40 mil millones al inicio del gobierno a casi 60 mil millones de pesos en 2014. ¿Continuarán con estos exitosos procesos o se avergonzarán?
La vacunación, elemento clave para prevenir enfermedades, al iniciar este gobierno era en promedio del 69.25 y se mejoró hasta un 93.83%. Además, se fortaleció el festival folclórico, se trajo por primera vez el festival iberoamericano de teatro, se realizaron conciertos sinfónicos gratis al aire libre, se construyeron y repararon cientos de polideportivos, se entregaron miles de uniformes escolares en zona rural y se multiplicaron subsidios para adulto mayor. También 45 Instituciones educativas tuvieron conectividad y se construyeron 11 quioscos digitales rurales, entre otras obras. ¡Los candidatos deben decirles a los ibaguereños si van a ser continuistas con estas realidades!

www.agustinangarita.com

martes, 11 de agosto de 2015

¿IBAGUÉ COMO VAMOS?: ¡VAMOS BIEN!

Ayer se publicaron los resultados de la evaluación “Ibagué cómo vamos” elaborada por la Universidad de Ibagué, con el apoyo del diario El Nuevo Día, las Cámaras de Comercio de Ibagué y Bogotá, la casa editorial El Tiempo y la Fundación Corona. Los datos fueron consultados en diversas fuentes como el DANE, el ICFES, La policía metropolitana, Mintic, superintendencia de servicios públicos, departamento nacional de planeación, Minsalud, Procuraduría general de la nación y Alcaldía de Ibagué.
Los resultados dejan satisfechos a muchos ibaguereños. La pobreza ha disminuido sensiblemente en Ibagué. En 2008 era de 32.6%, en 2011 del 22% y bajó en 2014 a 16.4%. La pobreza extrema se redujo de un 7.3% en 2008 a 2.3% en 2014. La calidad de la educación también ha mejorado. Si comparamos los índices de desempeño de los alumnos de grado noveno en lenguaje, nos da que entre satisfactorio y avanzado la ciudad registra 48% contra un 41% del nivel nacional. En matemáticas en estos mismos altos niveles muestra un 33% frente a los datos de Colombia de 26%. El Índice sintético de calidad educativa, la nueva metodología de mineducación para evaluar la calidad de la enseñanza nos deja bien librados: En básica primaria fue calificada con 5,7 frente a 5.1 del resto del país. En secundaria 5.2 contra 4.9 nacional y en educación media 5.9 mientras Colombia obtuvo 5.5.
En salud se van cumpliendo las metas de los Objetivos del milenio. Se ha reducido el porcentaje de embarazos en menores de 18 años. En 2012 fue de 11.29 y bajó a 9.74. No obstante estos buenos resultados todavía hay falencias en cobertura de vacunación y en mortalidad infantil. Punto aparte merecen las cifras del Sida. Están disparadas los casos de pacientes infectados. En 2008 hubo 396 casos registrados y en el 2014 subió a 829. Se necesita mayor trabajo en ese punto.
La afiliación a regímenes de salud mejoró de un 84.1% a 93,17%, mostrando una reducción considerable de la población no afiliada. La tasa de desempleo en el 2002 era del 21.8, ha ido descendiendo. En el 2011 era 15,1 y en 2014 de 11.7. La informalidad laboral, aunque a un ritmo más lento, también ha descendido. Del 63% en 2008 al 57% en 2014. La encuesta refleja, además, un mejoramiento sustancial en unidades de vivienda iniciadas. La vivienda de interés social (VIS) en 2008 fue de 129, subió a 778 en 2011 y con este gobierno subió  a 2.802 en 2014. La construcción de vivienda no VIS y la de interés prioritario también ascendió.
Sobre malla vial muestra que en 2008 se recuperaron un poco más de 101 mil metros cuadrados de malla vial, en el 2013 ascendió a 601.722 y en el 2014 a 797.825 m2. La mayor cifra de recuperación vial en los últimos años. Se ha mejorado la calidad del agua, la accidentalidad y la transparencia en el manejo de los recursos públicos un mejor índice de desempeño fiscal. Es cierto que faltan aspectos por mejorar, pero se concluye que Ibagué va bien.


SE RECUPERA EL HOSPITAL FEDERICO LLERAS
La crisis del Hospital Federico Lleras Acosta, si bien no se ha superado de manera definitiva, muestra signos importantes y significativos de recuperación. Esto no quiere decir que hayan desaparecido los problemas, sino que un manejo gerencial eficiente ha permitido sobreaguar a una nave que amenazaba zozobrar e irse a pique. Las cifras, si bien no lo dicen todo, permiten una mirada escrutadora sobre lo que sucedía y lo que hoy está pasando…
El funcionamiento de un hospital puede medirse por el número de pacientes que egresan ya sea curados o remitidos a otra institución. En septiembre de 2014 egresaron 486 y desde allí ha venido en ascenso esta cifra y en mayo de 2015 subió a 1.042 pacientes demostrando un crecimiento de más del 114%. Los procedimientos quirúrgicos en septiembre fueron 410 en 237 pacientes y en mayo de 2015 ascendieron a 1.801 en 672 pacientes lo que demuestra más del cuádruple de procedimientos y más del doble de pacientes.
La atención en urgencias ha mejorado mucho. De 1.226 consultas atendidas en septiembre del año pasado se aumentó a 1.986 en mayo de este año. En consulta externa la atención a los pacientes también mejoró. De 576 en septiembre ascendió a 4.458 en mayo de 2015, casi ocho veces más consultas especializadas realizadas, más ciudadanos atendidos. En agosto pasado laboraban un total de 1.345 personas en el hospital, en junio de 2015 esa cifra se había disminuido a 900 personas. Una paradoja, con menos personal, mayor atención. Los costos de nómina bajaron de más de cuatro mil 300 millones mensuales a dos mil novecientos en junio de este año sin disminuir significativamente el número de funcionarios por cama habilitada, es decir, sin deteriorar la atención hospitalaria.
La salud en Colombia es un negocio. Los hospitales se transformaron en empresas, los directores en gerentes y los enfermos en clientes. El Federico Lleras debe vender servicios para estar en el negocio. Como cada paciente debe estar afiliado a una EPS, al SISBEN, a medicina prepagada o costearse particularmente su salud, los servicios de atención hospitalaria se pueden evaluar por su facturación, que refleja cobros de servicios. En septiembre la facturación total del Hospital era de tres mil 876 millones de pesos que no alcanzaba para pagar los más de cuatro mil 333 millones que costaba la mera nómina, sin sumar otros costos operativos. Crisis total que obligó a la intervención del hospital por la Superintendencia de salud desde el 4 de septiembre.
La facturación en mayo de 2015 aumentó a ocho mil 585 millones logrando estar cerca del punto de equilibrio, de producir lo necesario para pagar gastos operativos pero sin las deudas acumuladas. Pero el hospital al cobrarle los servicios a las EPS, estas demoran los pagos y  lo asfixian económicamente. A junio de 2015 le adeudan más de 131 mil millones de pesos. La crisis mejora pero no se supera todavía. Preocupa la indiferencia de la ciudadanía y la clase política frente a este problema grave de nuestra salud.

*Médico cirujano.
@agustinangarita