CULPANDO A LAS VICTIMAS
Una característica de nuestros tiempos es sacarle el
cuerpo a las responsabilidades. Buscar siempre culpables fuera de sí mismo para
eludir responsabilidad y endilgársela a otros. Lo peor es que ahora se le echa
la culpa a la víctima. Veamos algunos ejemplos.
Es clásico el tema de los derechos humanos. Nacieron como
mecanismo de contención, desde los ciudadanos, para evitar que el Estado,
haciendo uso legítimo de la fuerza, se excediera y atentara contra ellos. Como
el comportamiento usual en el Estado ha sido el abuso del poder y excesos de
autoridad, los derechos humanos se convirtieron en una piedra en el zapato para
las autoridades. Se volvieron incómodos para los gobernantes por las continuas
denuncias de sus violaciones. Como los derechos humanos son un acuerdo
internacional entre los estados para defenderlos y respetarlos, varias naciones
empezaron a sufrir vetos y sanciones. Entre ellas Colombia. Para evadir
responsabilidades, se inventaron la idea de que los derechos humanos son
responsabilidad de todos. Cuando una responsabilidad se diluye, la
responsabilidad desaparece.
En esa misma línea, cuando las autoridades no dan
respuesta satisfactoria en la protección a los ciudadanos frente al delito, en
lugar de mirar con sentido autocrítico qué está ocurriendo, les echan la culpa
a los ciudadanos. De esta manera los ciudadanos víctimas de los delincuentes
resultan siendo culpables. Argumentan que los ciudadanos son descuidados, que
“dan papaya”, que no viven atentos, que la autoridad no puede estar pendiente
de todo. Al final resulta que al ciudadano lo robaron por culpa de él. Es decir
es víctima y también culpable.
Hoy dicen que la calidad de la educación depende de los
padres y del entorno, no de los maestros ni de la escuela. Un padre de familia
pone su hijo a estudiar en un colegio privado, paga una pensión cara y no puede
exigir nada si los resultados del estudiante son mediocres porque la culpa es
del padre y de su hogar. Es una paradoja que una persona pagué por un servicio
y no pueda exigir calidad en él, porque resulta siendo el culpable del mal
servicio.
Los mensajes de hoy son cómodos para las autoridades: la
salud es asunto de todos, la seguridad es responsabilidad de todos, por los
derechos humanos debemos responder todos y si algo nos sucede es por culpa de
todos. Cuando matan a alguien la gente se pregunta cosas como estas: ¿Quién
sabe en qué estaría metido? ¿Qué le estarán cobrando? ¿Por algo sería? Es
decir, el muerto debe ser culpable de alguna cosa. Dicho en otras palabras, es
víctima y culpable a la vez. Si esto es así, para qué averiguar sobre el
victimario, si de alguna forma se ajustaron cuentas y se hizo justicia.
A las mujeres que son abusadas, se les culpa por usar
minifaldas o escotes, por ser bonitas y provocativas. Otra vez son culpables de
ser víctimas. Creo que estamos construyendo, sin darnos cuenta, un mundo al
revés. Un mundo que casi no vemos pero que se consolida cada día. Un mundo de
injusticias cotidianas, de impunidad y de pérdida de derechos…