martes, 29 de marzo de 2016
viernes, 4 de marzo de 2016
LO QUE NOS DEJÓ EL HURACÁN VICKY
Todo parece
indicar que ya pasó el remezón que causó la publicación de un vídeo por un
medio de comunicación, en el que dos personas del mismo sexo pactaban un
encuentro sexual, y que desató la renuncia de un viceministro y del director de
la Policía junto con la salida de la directora del medio de comunicación que
generó el escándalo. Si es verdad que Colombia es un país civilizado y sensato,
podríamos pensar ¿qué dejó como reflexiones positivas este huracán mediático?
Que los
periodistas y comunicadores deberían recordar siempre que lo único importante
no es la “chiva” ni “tumbar” funcionarios, sino informar con la verdad y al
servicio de la comunidad.
Que las
empresas que dirigen los medios de comunicación no deberían seguir presionando
a sus empleados periodistas para obtener información que le permita posiciones
privilegiadas a la hora de negociar pauta o contratos con el estado y sus
gobernantes.
Que el
periodismo investigativo debería tener como meta el bien común y no para
obtener información que pudiera ser utilizada para beneficio personal.
Que el
periodismo investigativo no debería pretender desplazar a la justicia, por lo
tanto, no debería condenar ni exigir condenas suplantando el papel y autoridad
de los jueces o magistrados. Su papel sería apoyar a la justicia, pero no
sustituirla.
Que el
periodismo como el Cuarto poder no es quien completa la repartición de la torta
con los otros tres poderes en el país, sino que debería representar el bien
público, los intereses colectivos y de la comunidad, la defensa de la
democracia, del erario y la ética ciudadana.
Que, si el
periodismo no es consustancial a la ética, al respeto personal y de los demás,
perdería su esencia y su razón de ser.
Que la
libertad de prensa, como bien público, debería ser innegociable. Que habría que
defenderla de todo ataque. Es verdad que algunos profesionales con sus
actitudes venales, irresponsables y temerarias ponen en entredicho un bien que
es de toda la sociedad, pero esto no debería ser óbice para defender la
libertad de prensa.
Que los
gobernantes, políticos y dirigentes privados de la sociedad no son inmunes. Que
todos sus actos en ejercicio de sus funciones públicas deberían ser
escrutables. Por la tanto, el peso de la ley también les cabría.
Que los
periodistas y comunicadores no deberían ser vistos como enemigos de los
gobernantes, funcionarios ni dirigentes privados. Como humanos se equivocan y debieran
estar dispuestos a reconocer y enmendar sus errores.
Que la
justicia habría sido permeada por la corrupción, pero no todos los jueces,
magistrados o funcionarios de esa rama serían corruptos ni perseguidores de
periodistas o comunicadores.
Que en general
este es un país homofóbico y proxeneta. Que se escandaliza por el tráfico
sexual de prebendas entre hombres y su posible prostitución, pero que ha tolerado
desde siempre la prostitución femenina y se ha hecho el de la vista gorda con
el acoso y el tráfico sexual femenino en el estado y empresas públicas y
privadas. El constreñimiento a la prostitución y el acoso sexual se deberían
combatir, no importa el género de la víctima.
Estas podrían
ser algunas de las reflexiones en un país que se dice civilizado, en el que ya
se olvidaron las razones del escándalo, como la comunidad del anillo, el
tráfico de influencias, el chantaje, la corrupción en la meritocracia, el
enriquecimiento ilícito y el espionaje descarado a la función y privacidad de
periodistas y funcionarios públicos. ¿Usted qué opina?
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