miércoles, 26 de marzo de 2014

¿VOTO OBLIGATORIO?
Cuando se habla de derechos humanos se habla de su necesidad. Los derechos humanos son necesarios porque corresponden a toda persona. Y además, al ser inherentes históricamente a la persona humana son irrenunciables. Los derechos humanos son una conquista, que se logró a sangre y dolor, que costaron humillaciones, lágrimas y sacrificios. Estas conquistas permiten que los derechos de las personas tengan un espacio que antes solo era para los deberes y obligaciones. Hoy todos los ciudadanos tienen derechos y obligaciones, antes solo tenían deberes, los derechos eran para unos pocos.
Existe una clasificación de los derechos, que recoge nuestra constitución, es la de derechos fundamentales. Serían algo así como la base, el terreno, los pilares sobre los que se construyen los demás derechos. Otra clasificación es la de las garantías sociales, que involucra los derechos económicos, sociales y culturales. Un derecho fundamental que costó mucho lograrlo es el derecho a elegir y ser elegido, en otras palabras, el derecho al voto.
Llama poderosamente la atención que el derecho a elegir, a votar y participar, que costó tanto sacrificio y que como derecho humano es irrenunciable y necesario, los ciudadanos decidan renunciar a hacer uso de él y se automarginen de la toma de decisiones y permitan que sean otros los que decidan por ellos, sin importarles que las consecuencias también recaerán sobre ellos mismos.
¿Quién es el principal beneficiario con la medida que pretende que los motociclistas usen casco y chaleco reflectivo? ¿A quiénes protegen las recomendaciónes de usar cinturón de seguridad al conducir? ¡Pues a ellos mismos! Pese a que el beneficio es para ellos hubo que obligarlos. Es un contrasentido que haya que obligar personas a que se cuiden y que se protejan. Por eso se prohíbe fumar en espacios con presencia de público y se exige la vacunación de los niños, niñas y adultos. Como diría la pedagoga alemana Alice Miller, son medidas que se hacen por tu propio bien.
En Colombia, al contrario de la mayoría de países de América Latina, el voto es voluntario. Los ciudadanos pueden decidir si hacen uso o no de un derecho irrenunciable. Y la abstención electoral es gigante. Han intentado estímulos para que la ciudadanía acuda a las urnas con magros resultados. En las pasadas elecciones la abstención fue del 43.58% y para cámara del 43.57%. Además los votos nulos fueron para senado del 10.38% y para cámara del 12.23%. Gran parte  de los votos nulos son producto de la ignorancia electoral. Para empeorar, muchos no saben votar, no saben hacer uso de su derecho irrenunciable y fundamental a elegir y ser elegido y hacer parte de las decisiones del país.

¿Será que como en el caso de los motociclistas, de la prohibición del tabaco, del uso del cinturón de seguridad y de la vacunación, habrá que obligar a la gente? ¿Será que debemos iniciar un debate serio y sostenido sobre voto obligatorio y pedagogía electoral? No se pretende llegar a los extremos del jefe pirata que les dijo a sus marinos: ¡ustedes esta noche pueden hacer lo que quieran, y los que no quieran, los obligamos! Pero si reflexionar.

domingo, 16 de marzo de 2014

DINERO Y ELECCIONES
Pasaron las elecciones y vale la pena hacer algunas reflexiones sobre lo ocurrido. Creo que hay dos temas gruesos para analizar. La costeñización de la política en el Tolima y la tímida recuperación de la ideología.
Cada vez es más evidente el peso del dinero en las elecciones. La compra de votos se descaró. En diversos puestos de votación se pudo ver a individuos pagando a sufragantes para que lo hicieran por determinados candidatos. Incluso las autoridades, en más de una ocasión, se hicieron los de la vista gorda cuando se les puso en conocimiento el delito. Esta es una práctica común en la Costa Caribe. Pero en el Tolima poco a poco se ha venido asentando. Es la arrogancia del dinero que cree que todo lo puede comprar. Las campañas llenas de dinero burlan la ley sin ningún reparo. Asumen que no existen topes de gastos. Atiborran de publicidad a los electores en un derroche ostentoso de sus chequeras. Cualquier requerimiento lo contestan con petulante grosería. Están convencidos que con su dinero todo vale. Así funciona en la Costa y ahora en el Tolima.
Hoy en la política lo importante no es qué se piensa sino cuanto se tiene. La democracia ha sido suplantada por la plutocracia. La política dejó de ser un servicio público para transformarse en un vil negocio. Los pergaminos y blasones están siendo reemplazados por las cuentas bancarias jugosas o las divisas en los paraísos fiscales. La procedencia del dinero no importa. Lo que cuenta es tenerlo para comprar conciencias, votos, testigos, pregoneros, publicidad, autoridades…
El objetivo de la política es la pobreza. Pero no se equivoque pensando que es para superarla. De ninguna manera. Saben que los pobres son vulnerables. Que sus necesidades son grandes y que por ello es posible comprarlos. Fueron verdaderos chorros de dinero los que corrieron en estas elecciones. Y ese billete los políticos tiene que recuperarlo. El erario público está allí, a su alcance. Crece la corrupción.
Otro aspecto que se pudo palpar en estas justas electorales fue la aparición de escarceos ideológicos. Se escucharon propuestas contra el aborto y el matrimonio entre homosexuales, contra la paz y la infiltración paramilitar en la política, entre otras. Algunos se atrevieron a decirlo en público. Es una ganancia porque los políticos se han acostumbrado a no tomar posiciones frente a nada. Mientras más aguas tibias sean, mejor. Lo que importa es la imagen, la foto bien tomada, la sonrisa omnipresente y el abrazo fácil, no las ideas ni la preparación intelectual. Por eso me pareció interesante que se planteen puntos de vista, así no les gusten a algunos, que sean las ideas las que conquisten electores, no el dinero.
Si la costeñización sigue ganando espacio en el Tolima, el horizonte se oscurece. La corrupción seguirá campeando y los dineros públicos continuarán su desangre hacia los bolsillos de los políticos y de sus amigos. Hay políticos honestos, pero son muy pocos. Hay políticos bien preparados y con buenas propuestas, pero son escasos. Un futuro así es poco halagador.

www.agustinangarita.com

domingo, 9 de marzo de 2014

ELECCIONES PARA CONGRESO

Este domingo se realizarán en todo el país las elecciones para Congreso de la República. Esta es la institución con menor prestigio entre los ciudadanos. Desprestigio que se ha obtenido no de forma gratuita. La mayoría de congresistas parecen mudos y cuando hablan muchos se alegrarían que lo fueran. Duele enterarse de los enredos que los vinculan a diario. Corrupción, politiquería, clientelismo y ausentismo han sido las cartas que más se muestran. Pero no todos los congresistas son mudos o corruptos. Los hay estudiosos y comprometidos con sus obligaciones y responsabilidades. Y el congreso es necesario para Colombia.
Se necesitan seres humanos, mujeres u hombres, que tengan formación técnica suficiente para ser congresistas. Que sepan de los asuntos que van a tratar. Que entiendan la política desde su función social. Que conjuguen el conocimiento inmediato de los problemas de la gente con la solución técnica de ellos. El problema es que hay políticos avezados que conocen todo el tejemaneje político y poco les importa lo técnico. Y hay valiosísimos personajes muy bien formados técnicamente pero con desconocimiento de lo político. Lo grave es que hay unos que ni técnicos ni políticos, solo politiqueros ávidos de consumir erario público.
El congreso necesita tecnopolíticos. Personas con formación académica, con experiencia probada en temas técnicos (contratación, TICs, presupuesto, asuntos agrarios y sectoriales, problemas regionales y locales y su entronque con lo nacional, etc.), y que a la vez tengan la sensibilidad política para priorizar y focalizar los esfuerzos para beneficiar a los más desfavorecidos y olvidados del estado. Sobraría decir que deben ser personas probas, honorables y responsables.
Antes de votar este domingo desde muy temprano, piense con cuidado su voto. Este nuevo congreso debe legislar sobre la manera como se va a materializar la paz. Sus leyes deben hacer realidad los acuerdos y compromisos de las mesas de negociación para terminar la guerra. Si usted simplemente vota por un candidato para pagar un favor por un puesto, un contrato o una recomendación, usted no está comprometido con la paz y el futuro del país. Recuerde que este congreso tiene una responsabilidad muy grande. No se puede elegir mal.
Revise la trayectoria de su candidato o candidata. Si ya ha sido congresista constate qué ha hecho. Y si no lo ha sido cual será su agenda a desarrollar. Recuerde que no es la cara, la simpatía y el abrazo apretado lo que permitirá hacer buenas leyes para el país. Tampoco los tamales o los dineritos escasos que reciba por la compra de su voto. Están en juego cosas muy importantes para dejarlas en manos inexpertas o indignas.

Analice con esmero que hay gente valiosa, no mucha, pero la hay, para  que puede elegir bien a quien dar su voto. Quedarse en casa sin votar es dejar que otros elijan por usted, y muchas veces mal. Después no se puede uno quejar sí dejó en manos de otros las decisiones importantes. Este domingo salga a votar, con toda su alegría y entusiasmo, pero hágalo bien.

lunes, 3 de marzo de 2014

IBAGUE AVANZA
Es satisfactorio cuando procesos serios y bien respaldados evalúan los resultados de una ciudad. Me refiero a la encuesta de percepción ciudadana realizada por la prestigiosa empresa de investigaciones sociales Ipsos Public Affairs dentro del programa Ibagué cómo vamos 2013. Esta empresa es digna de toda confianza, su trayectoria, responsabilidad y profesionalismo lo sustentan. Además, el prestigio y seriedad de la Cámara de Comercio de Ibagué, de la Universidad de Ibagué y de El Nuevo Día la respaldan.
Los resultados  de lo que perciben los ibaguereños son halagadores. Aumentó el porcentaje de habitantes de que se sienten orgullosos con su ciudad: el 69% está orgulloso de su Ibagué. Son los estratos medios, que son los más numerosos, los que más orgullo sienten con un 71%. Además aumentó la confianza en Ibagué, ya que el 50% cree que la ciudad va por buen camino y solamente un 13% percibe que va por mal camino. El 57% de los jóvenes (habitantes entre 18 y 25 años) cree que Ibagué va bien encaminado. Es confianza de futuro.
El 60% de los encuestados, en todas las comunas y estratos sociales, piensa que se les ha mejorado la calidad de vida.  Es por eso que el 73% se siente satisfecho de vivir en Ibagué. Comparado con años anteriores, registra la encuesta, un aumento en el porcentaje de personas que sienten que su situación económica mejoró, y únicamente un 13% piensa que empeoró. El manejo económico de la ciudad ha mejorado de tal forma que un 78% de los ibaguereños ya no se considera pobre. Lo que ha posibilitado que un 94% de los ibaguereños exprese que pudo consumir sus tres comidas completas durante el 2013.
Como en Ibagué se logró la gratuidad desde los grados cero al once, se aumentaron los desayunos escolares a 50 mil, se aumentaron los recursos para transporte escolar, kits y uniformes para la zona rural, la confianza en la educación oficial aumentó, creciendo hasta casi el 80% de utilización en el municipio. Reflejando también un incremento en la satisfacción de la ciudadanía con la educación que reciben sus hijos en un 70%.
En el tema de servicios públicos el estudio de  Ibagué cómo vamos, demuestra como la ciudad avanza. La percepción de los ibaguereños es que se ha mejorado la prestación de los servicios de gas domiciliario, energía eléctrica,  aseo y recolección de basuras, telefonía fija, bancos y entidades financieras y sensiblemente mejor el servicio de acueducto y alcantarillado. Quizás, esta sea la causa para que se haya incrementado hasta el 83% el número de encuestados  satisfechos con el lugar donde residen.

El buen estado de las vías, tradicionalmente, es el dolor de cabeza de los gobernantes de Ibagué. Según el estudio de Ipsos, ha crecido la satisfacción con la recuperación de las vías de la ciudad. Igual satisfacción se constata entre la ciudadanía, por la significativa mejoría en la disponibilidad del disfrute del espacio público. Finalmente, para corroborar los logros de Ibagué, el estudio demuestra un aumento importante en la percepción de seguridad. En definitiva, ¡Ibagué Avanza!