sábado, 26 de abril de 2014

LA MICROFÍSICA DEL PODER
Michel Foucault, filósofo francés, dentro de los temas que trató, destaca el de la microfísica del poder. Pensaba que el poder no es algo material que se transmite y se ejerce. Sino que está inmerso en las relaciones entre las personas. Y que nace desde abajo, desde la relación más simple y mediada por su estrecha vinculación con el saber.
Esta microfísica se hace evidente cuando un ciudadano cualquiera se enfrenta con la burocracia. Suceden entonces, hechos que dan grima. Como el caso del simulacro de evacuación en caso de desastres en un centro comercial, se requería la presencia de los bomberos. Ellos llegaron y se acomodaron en el parqueadero del establecimiento para actuar cuando se los necesitara. Todo funcionó a las maravillas. Salvo cuando los bomberos fueron a retirarse alegres por la labor cumplida, y los funcionarios del parqueadero exigieron el pago respectivo. No valieron explicaciones, que ellos habían sido llamados para colaborar en un simulacro, el funcionario, impertérrito, exigía el pago del parqueo. Y los bomberos no tenían con qué pagar…
Igual cosa les sucedió a otros bomberos a los que no les dejaron pasar a atender una emergencia, porque no pagaban el peaje. El funcionario, muy orondo y muy majo, exhibía el reglamento donde reza que todo vehículo debe pagar. El poder de un funcionario…
Otra perla ocurrió cuando a una pensionada sus nietos le regalaron un viaje para pasar un tiempo en el extranjero. Después de tres meses retornó a su ciudad natal. Por su ausencia no cobró las mesadas pensionales. Fue a la oficina del caso para que le expidieran su certificado de supervivencia. Ya con él fue a cobrar su dinero mensual de jubilada. El funcionario que la atendió fue enfático cuando le dijo que no le podía pagar si no le presentaba los certificados de supervivencia de los dos meses anteriores. La señora se cansó de explicarle que si estaba viva hoy, era porque estaba viva hace uno y dos meses. El poderoso funcionario, se encogió de hombros y expresó que si no le traía esos papeles no le tramitaba el pago.

Hace un tiempo pedí un permiso para transitar libremente durante la restricción de pico y placa. Me preocupé de cumplir con todos los requerimientos que me exigieron. Una tarde un agente de policía de tránsito al verme circular en horas de restricción, me exigió orillar mi vehículo a un lado de la vía. Cuando me indicó que estaba en la veda de pico y placa, le mostré el permiso otorgado por la Secretaría de Tránsito municipal. Lo miró con detalle y después de un rato me dijo que ese permiso no valía porque estaba firmado por un secretario anterior al actual. Con paciencia le expliqué que los billetes  expedidos por el Banco de la República, algunos estaban firmados por gerentes que ya no estaban y que seguían siendo válidos. O que las leyes las firmaban presidentes que incluso ya habían fallecido, pero que seguían vigentes. Nada. A regañadientes aceptó razones cuando le solicité su carne de identificación como Policía. Como no estaba firmado por el actual comandante de la institución me dejo marchar… La microfísica del poder.

sábado, 12 de abril de 2014

POR UN NUEVO SINDICALISMO
Desde hace varios años he vivido cerca a las organizaciones sindicales. He conocido sus luchas, reivindicaciones, persecuciones, derrotas y victorias. En general creo que se mueven motivadas por el odio de clase. Hay una clase que defender y apoyar, y hay una clase a la que hay que atacar, a la que hay que arrancarle los derechos que les han conculcado, a la que no hay que mendigarle nada sino ganarle en franca lucha cosas para mejorar condiciones de vida.
Las relaciones siempre son vistas como de enemigos, entre contradictores irreconciliables: entre patrones y trabajadores. Y cuidado con tener cercanía con los patrones. Porque es vista como una traición, una genuflexión patronal, con ser una apóstata o un renegado de clase.
Existen íconos famosos como el dirigente sindical Teófilo Forero, oriundo de Natagaima, quien fuera concejal de Bogotá varias veces, diputado de Cundinamarca y asesinado junto a su esposa. Cuenta la leyenda popular que cuando entraba a las negociaciones con los patrones, su cara era casi de piedra, su mirada se clavaba en los contradictores y nunca cedía. Sólo sonreía cuando triunfaba en sus pretensiones. Muchos sindicalistas pretenden emularlo.
Hoy el sindicalismo ha perdido muchos adeptos. Para un grupo de patrones sindicato es sinónimo de complicaciones y dolores de cabeza para su empresa. Para algunos trabajadores el sindicato es una oportunidad para que unos líderes saquen provecho personal y utilidades particulares. Creo que los sindicatos son necesarios y cumplen una valiosa función social. Pero no pueden seguir guiados por los criterios de odio de clase y de luchar hasta las últimas consecuencias, incluso sacrificando las empresas.
Trabajadores y empresarios japoneses, quienes han creado modelos empresariales exitosos, como los de “Justo a tiempo” y “calidad total” en los que ganan ambos, piensan distinto en la manera como operan los sindicatos. Creen que los sindicatos no deben presentar pliegos de peticiones, porque son visiones egoístas de los problemas laborales, en las que si ellos ganan la empresa pierde y viceversa. Piensan que hay que evolucionar a procesos donde ambos ganen. Donde los trabajadores obtengan mayores beneficios y la productividad y ganancias de la empresa mejoren.
La idea es presentar pliegos de ofrecimientos, no de peticiones. Ejemplo. Los trabajadores ofrecen: si la empresa produce mil bultos de producto diario, qué les ofrece la empresa si ellos aumentan su producido a mil doscientos. O qué les ofrece la empresa si los trabajadores de una fábrica de confecciones se comprometen a mejorar la producción en un 10 o 15 por ciento. Esto es muy distinto a los pliegos de peticiones actuales en los que los trabajadores exigen aumentos de salarios, primas extralegales por enfermedad, matrimonio, nacimiento o muerte de un familiar. Prebendas para estudio o descanso. Pero siguen laborando igual y sin mayor compromiso.

Conozco muchos trabajadores que lucharon hasta que se acabó su empresa y hoy deambulan por las calles sin empleo, sin futuro y mascullando un pasado glorioso que no volverá. Considero que hay que fortalecer el sindicalismo, pero de nuevo tipo, de entendimiento, productividad y humanismo. Esto es válido para patrones y trabajadores.

domingo, 6 de abril de 2014

¿QUIEN GANA CON LA REVOCATORIA?
Un ex senador, después de pasar varios años en la cárcel, al recuperar la libertad se fue a pasar larga temporada fuera del país. Es posible que allí, sintió la angustia y la orfandad que sufren la mayoría de los que ya no disfrutan del poder. Y urdió una estratagema para retornar a él.
Me imagino que se miró muchas veces al espejo y se dijo: yo soy el salvador del Tolima. Y qué mejor que ser elegido gobernador para hacer de este departamento el sueño que seguramente en sus amargos meses de reclusión pudo crear. Y se puso a la tarea. Experiencia en el asunto tiene. Tanta que la madre de un ex senador recientemente fallecido lo describió con aguda certeza: es un electorero bravo, que conoce a fondo la mecánica de los votos.
Lo primero que había que hacer era tratar de demostrarse a sí mismo que no era un cadáver político. Que podía renacer de sus propias cenizas. Para eso necesitaba un cuento creíble. Y se inventó la idea de la revocatoria del mandato. Para él es claro que los tiempos no le alcanzan, que es una empresa fallida, pero lo que quiere es otra cosa. Necesita promocionar su nombre. Necesita que lo vuelvan a escuchar y armar todo tipo de alborotos posando de conocedor de todos los temas y padre de todas las éticas.
Para mimetizar sus verdaderos intereses dice no atacar a nadie, sino defender los más sagrados valores populares. Y si toca mentir, pues será un pequeño daño colateral, como el que ocasionaban los paramilitares cuando para ensanchar fincas y engordar chequeras, desplazaban campesinos y aterrorizaban moradores rurales. El discurso debía ser muy contundente. Qué mejor que ver vigas en el ojo ajeno. Que el gobierno municipal es corrupto, que no está cumpliendo el plan de desarrollo, que todo está mal y que nada le gusta ni tiene futuro.
Prometió casi un centenar de razones para justificar su campaña de revocatoria y poder recorrer los barrios haciendo su proselitismo político. Seguramente cuando constató temas descubrió que el plan de desarrollo se va cumpliendo a cabalidad. Entonces, inscribió la tercera parte de lo prometido y solo de insatisfacción con el mandatario local. Sus aliados son los pocos enemigos de la administración. Los contratistas a los que no les han dado contratos amañados y salen a reclamar señalando que los que se ganan otros si lo son. Otros que si tenían contratos y que los deseaban mantener pero a los que no se los renovaron. Y otros que chantajean con su supuesta imparcialidad y honradez para que les den pauta y contratos.

La ciudad está en un proceso interesante de avance y progreso. Lo reafirman los gremios económicos, los jefes políticos, los rectores de las universidades, los comerciantes, industriales, docentes y ciudadanos del común. Poner en peligro este ritmo de desarrollo para satisfacer vanidades e intereses personales, es indigno con la ciudad. ¿Si tiene tantas buenas ideas por qué no las expone y exige que se hagan realidad? Como alguien decía, ama tanto la moral que tiene dos.