jueves, 31 de enero de 2013

EL PAIS DEL REALISMO MÁGICO
El realismo mágico es la marca más característica de nuestras letras. Se refiere a que vivimos en un continente donde la realidad humilla a la imaginación. Donde la realidad, en ocasiones, es tan difícil de creer que parece pincelada por la magia. Es que en este país pasan cosas que parecen extraídas de la ficción.
Los primeros días de este nuevo año se vieron convulsionados por la noticia del rapto de una niña de escasas dos semanas de nacida. Se la arrebataron a su madre, otra niña en camino a cumplir quince años. La raptora, otra joven de 23 años, quien había quedado embarazada y, al parecer perdido su gestación. El rapto era para que amigos y familiares no sospecharan de su pérdida y creyeran un parto reciente.
Las Policía y la ciudadanía ayudaron a encontrar la niña y a su captora. A partir de allí la realidad se tiñó de magia. Como se realizó un gran despliegue mediático, cayeron en cuenta que la madre debió tener relaciones sexuales antes de cumplir 14 años. Y apareció ICBF acusando al padre de acceso carnal abusivo en menor de 14 años. Además, según la ley de infancia y adolescencia, los padres de la menor, por consentir relaciones sexuales de una menor con un adulto, pueden ser castigados y la niña recién rescatada debería quedar bajo la protección del Bienestar Familiar en un hogar sustituto. ¡Qué maravilla!
Una niña menor de un mes de nacida ya fue secuestrada, su padre y abuelos van a ser enviados a la cárcel, como su mamá es adolescente desempleada y no tiene recursos para cuidarla, entonces pasará al cuidado de otra familia…
Según el DANE durante el 2011 se reportaron 6.156 casos de bebes de madres menores de catorce años y en los primeros nueve meses del 2012 fueron certificados 2.508 casos. Parece que ningún padre de estos bebes esté preso ni condenado.
Llaman la atención varias cosas. ¿Qué pasa por la cabeza de una joven que luego de perder un hijo está dispuesta a secuestrar un bebe para aparentar ser madre? Es cierto que el padre de este caso cometió un delito. Pero él responde por su esposa e hija, ha formado un núcleo familiar y ahora para mayor bienestar familiar, el estado lo descompone. ¿Y donde ha estado su eficiencia para buscar a los casi ocho mil padres de hijos de madres adolescentes menores de 14 años que el Estado, a través del DANE, simplemente se limitó a registrar?
¿Donde están las acuciosas veedurías y organismos de control que no vigilan cómo se invierten los dineros del estado destinados a infancia y adolescencia, a prevención del embarazo juvenil, a educación sexual y reproductiva, a promoción de ética y valores? ¿Será que repartiendo folleticos o cartillas con recomendaciones y prohibiciones, se mejorará esta dolorosa situación? O como dicen los publicistas que una imagen vale más que mil palabras, ¿será con videos con consejos de especialistas que buscamos salidas a este problema?
La responsabilidad es de la sociedad en su conjunto. Se necesita el saber de las universidades, el apoyo del sector privado, de las iglesias y fundaciones, el esfuerzo de la ciudadanía y la guía vigilante y concienzuda del estado para construir salidas serias, concretas y de largo aliento.

viernes, 25 de enero de 2013


LO QUE DEJA UNA RENDICION DE CUENTAS

El pasado lunes 21 el alcalde entregó su rendición de cuentas  a los ciudadanos, por su primer año de gobierno. Fue un evento muy concurrido. De lo expresado por el mandatario local vale la pena destacar algunos puntos.
Se anunció la Universidad Humana. Pero que no sería una nueva institución de educación superior sino un programa gratuito de la alcaldía para financiar completamente los estudios a jóvenes de estratos 1,2 y 3 que hayan egresado de colegios oficiales del municipio. Según el alcalde, los jóvenes y la población vulnerable podrán acceder a carreras técnicas y tecnológicas ofrecidas por cualquiera de las universidades públicas o privadas acreditadas que hagan convenio con la alcaldía. Para facilitar el acceso de los bachilleres de escasos recursos económicos, los programas se desarrollarán en las instalaciones de las instituciones educativas del municipio, muy cerca a los lugares de residencia de los alumnos admitidos.
El municipio acondicionará y dotará algunas aulas de las instituciones educativas que sean escogidas como sedes. Según lo que dijo el alcalde, ya se cuenta con un fondo educativo y un presupuesto inicial aprobados por el Consejo y asegurada su continuidad en el tiempo. Para la escogencia de las carreras se hizo un estudio con los empresarios para saber qué tipo de profesional técnico y tecnológico necesitarían y con los estudiantes de grado once para conocer sus gustos y afinidades. Según los datos presentados, de cada 100 bachilleres egresados de instituciones oficiales o privadas en el país, sólo 20 ingresan a la universidad. Pero si se miran sólo los bachilleres oficiales, el ingreso es alrededor del 5%. Con la Universidad Humana el alcalde piensa solucionar este cuello de botella y dar educación superior gratuita a quienes estaban condenados a no acceder a esta formación.
Otro tema interesante tocado en la reunión se refiere a la conversión de dos instituciones en colegios nacionales bilingües. Según informaron, los niveles de personas que hablen inglés son muy bajos en el municipio, factor que reduce las opciones laborales y disminuye seriamente la competitividad de la ciudad. Escogieron al Liceo Nacional que tiene alrededor de cuatro mil niñas matriculadas. Una medida valiosa por el compromiso con las mujeres. El otro elegido fue la institución educativa Leónidas Rubio, colegio que también ha obtenido excelentes resultados en las pruebas saber once y que forma estudiantes de muy bajas condiciones socioeconómicas.
Estas son dos decisiones de gran calado que van a impactar de manera importante la estructura social de la ciudad y que le abren grandes posibilidades no solo a los estudiantes sino a la ciudad en general.
También se dijo cómo se invertirá un empréstito de 100 mil millones que el consejo le autorizó al alcalde. Explicó cuales serás las vías que serán reparadas, las inversiones en la unidad de salud de la comuna nueve, los avances en el sistema integrado de transporte y del aeropuerto, las acciones para avanzar en la consolidación de las TIC, el trazado de nuevas vías para la ciudad y los pasos iniciales para definir las obras para las juegos nacionales del 2015, de los que la ciudad será sede.
Una rendición de cuentas que para muchos descubre acciones ejecutadas que no se conocían. Además, siembra esperanzas, confianzas y despierta muchas expectativas.

sábado, 19 de enero de 2013


TEJIENDO SOLEDADES
Recuerdo las cosas que sucedían cuando era niño. Las vecinas se prestaban una taza de arroz crudo, un vaso de leche, un tomate o una cebolla… En navidad, se cruzaban platos con buñuelos, natilla, dulce de breva, limón, papaya, arequipe… Cuando alguien se enfermaba, el vecindario entero visitaba al paciente… Todo el mundo se conocía. A la media noche del 31 de diciembre, la gente salía de su casa a abrazarse con los vecinos. Permanecía un ambiente de amistad, se respiraba solidaridad, sentido de pertenencia, preocupación por el prójimo.
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Estos múltiples lazos que crecieron entre los vecinos, que mantenían a la gente del barrio unida y preocupada por los asuntos comunes, es lo que se denomina tejido social. Como la relación era estrecha entre todo el vecindario, el tejido era muy tupido y fuerte lo que hacía a la comunidad muy sólida. Con el tiempo eso se ha venido perdiendo…
Los vientos de progreso han convertido en jirones ese tejido. Ahora se vive o se anhela vivir en conjuntos cerrados, donde pocos saben quién es el que reside al lado. O en edificios donde prima el anonimato de los residentes. Hay quienes opinan que es mejor así, porque nadie se mete en la vida de los demás, y que la soledad es una ganancia de la privacidad y la discreción. Los jóvenes no saludan, no por mal educados, sino porque viven con sus oídos conectados a aparatos electrónicos y mantienen aislados de la realidad circundante. Inclusive, así asisten a clase en sus colegios.
Los que diseñan las ciudades piensan en grandes avenidas, autopistas, anillos viales, puentes y deprimidos para mejorar la movilidad. Para que las personas puedan salir de su trabajo y rápidamente llegar a sus hogares. Esto favorece la terrible enfermedad de nuestros tiempos: la soledad. Las ciudades necesitan puntos de encuentro, espacios donde conversar, sitios para construir sentido y sentimientos de solidaridad y pertenencia. Los ritmos endemoniados de la sociedad no construyen relaciones ni tejido social.
Si existe un tejido social sólido con ciudadanos y ciudadanas, se evita que la gente apueste sólo por las opciones individuales y privadas y que sólo vea futuro y tranquilidad por fuera de los espacios raizales. Es por eso que las sociedades con poderosos tejidos sociales invierten en la educación y especialmente en la cultura. La cultura, como dimensión fundamental del desarrollo, posibilita la reconstrucción de identidades rotas por la violencia, la generación del concepto de ciudadanía que permita participar en las decisiones de interés común y la construcción de una ética y comportamientos de convivencia que provea a las personas de las aptitudes para una vida en común, solidaria, participativa y tolerante.
Es triste ver como las personas luchan toda su vida por lograr una pensión. Por su trabajo abandonan la familia, sus amigos y allegados. Y cuando se jubilan, descubren que han edificado un monumento a la soledad y al abandono. Tarde se dan cuenta que el trabajo era la disculpa que disimulaba una falta de relaciones sociales. Y entonces, entran en depresión o en el alcoholismo. La idea no es volver al pasado. La idea es trabajar por construir relaciones de amistad, de colegas, de vecinos. Invitar a hacer parte de organizaciones juveniles, comunales, profesionales, deportivas, políticas o gremiales, es decir, construir tejido social.

Estos múltiples lazos que crecieron entre los vecinos, que mantenían a la gente del barrio unida y preocupada por los asuntos comunes, es lo que se denomina tejido social. Como la relación era estrecha entre todo el vecindario, el tejido era muy tupido y fuerte lo que hacía a la comunidad muy sólida. Con el tiempo eso se ha venido perdiendo…
Los vientos de progreso han convertido en jirones ese tejido. Ahora se vive o se anhela vivir en conjuntos cerrados, donde pocos saben quién es el que reside al lado. O en edificios donde prima el anonimato de los residentes. Hay quienes opinan que es mejor así, porque nadie se mete en la vida de los demás, y que la soledad es una ganancia de la privacidad y la discreción. Los jóvenes no saludan, no por mal educados, sino porque viven con sus oídos conectados a aparatos electrónicos y mantienen aislados de la realidad circundante. Inclusive, así asisten a clase en sus colegios.
Los que diseñan las ciudades piensan en grandes avenidas, autopistas, anillos viales, puentes y deprimidos para mejorar la movilidad. Para que las personas puedan salir de su trabajo y rápidamente llegar a sus hogares. Esto favorece la terrible enfermedad de nuestros tiempos: la soledad. Las ciudades necesitan puntos de encuentro, espacios donde conversar, sitios para construir sentido y sentimientos de solidaridad y pertenencia. Los ritmos endemoniados de la sociedad no construyen relaciones ni tejido social.
Si existe un tejido social sólido con ciudadanos y ciudadanas, se evita que la gente apueste sólo por las opciones individuales y privadas y que sólo vea futuro y tranquilidad por fuera de los espacios raizales. Es por eso que las sociedades con poderosos tejidos sociales invierten en la educación y especialmente en la cultura. La cultura, como dimensión fundamental del desarrollo, posibilita la reconstrucción de identidades rotas por la violencia, la generación del concepto de ciudadanía que permita participar en las decisiones de interés común y la construcción de una ética y comportamientos de convivencia que provea a las personas de las aptitudes para una vida en común, solidaria, participativa y tolerante.
Es triste ver como las personas luchan toda su vida por lograr una pensión. Por su trabajo abandonan la familia, sus amigos y allegados. Y cuando se jubilan, descubren que han edificado un monumento a la soledad y al abandono. Tarde se dan cuenta que el trabajo era la disculpa que disimulaba una falta de relaciones sociales. Y entonces, entran en depresión o en el alcoholismo. La idea no es volver al pasado. La idea es trabajar por construir relaciones de amistad, de colegas, de vecinos. Invitar a hacer parte de organizaciones juveniles, comunales, profesionales, deportivas, políticas o gremiales, es decir, construir tejido social.

viernes, 11 de enero de 2013


SEGURIDAD Y TEJIDO SOCIAL
En una familia, los afectos entre sus miembros se describen como relaciones familiares. Para imaginar esta situación pensemos como si cada relación se pudiera representar por un hilo que parte de cada miembro y termina en los demás. Cuando las relaciones son sólidas, el hilo es mucho más fuerte. Se habla de lazos familiares. Cuando en una familia hay presente respeto y afecto los lazos son muy poderosos, y cuando faltan, entonces los lazos se deshilachan y se rompen.
En un grupo de amigos pasa cosa similar. A mayor respeto y cariño, más cohesionado estará el grupo. Lo mismo ocurre con la sociedad. Si nos imaginamos un hilo saliendo de cada individuo y llegando a todos los que conforman su grupo social, veríamos un cruce de muchos hilos, una red uniendo las personas. Es lo que los teóricos llaman tejido social.
El tejido social de una comunidad será el imaginario entramado de hilos de relaciones que se entrecruzan entre todos sus miembros. Mientras más fibras existan, más fuerte y cohesionada estará esa sociedad. La experiencia enseña que sociedades con tejido social fuerte son muy unidas, muy seguras, autónomas, incluyentes  y solidarias. Cuando un delincuente trata de atacar a una persona que pertenezca a estas sociedades, es toda la comunidad la que reacciona. Por eso son seguras y solidarias.
Cuando ocurren desastres que involucran comunidades con tejido social fortalecido, reaccionan más fácilmente, se recuperan con mayor celeridad y los daños colaterales se disminuyen sensiblemente.
En nuestras comunidades el tejido social está hecho jirones o es muy débil. Muchos no participan en las juntas de acción comunal, y si lo hacen es para nombrar dignatarios, para que sean ellos los que pongan la cara y se encarguen de todo. Lo mismo ocurre con las asociaciones de padres de familia, con las asociaciones campesinas o deportivas, sindicatos, etc. No participar es no tejer hilos de relaciones. No participar es debilitar el tejido social. El clientelismo se aprovecha de ello y se beneficia de la indiferencia, porque la comunidad no es autosuficiente ni autónoma, depende del político que les consigue cositas y no aprende a tomar las riendas de su destino con manos propias.
La seguridad ciudadana necesita un tejido social fuerte, no más policías ni CAIs. Los campesinos organizados y asociados logran mejores productos y precios y son menos vulnerables a la especulación y la corrupción. Las asociaciones de usuarios, de comerciantes, de industriales o de ciudadanos, cuando no están politizadas y puestas al servicio de un politiquero cualquiera,  defienden y benefician los intereses comunitarios. La soledad, la envidia, el odio, el egoísmo y el espíritu de competencia destruyen el tejido social.
La cultura, en todas sus manifestaciones puede contribuir a fortalecer el tejido social. Igual el deporte, la recreación y el aprovechamiento del tiempo libre. Es por eso que la responsabilidad más grande del estado es el fortalecimiento del tejido social, de la organización comunitaria, de la asociatividad ciudadana. Una sociedad con tejido social fuerte es una sociedad que tiene poder, o como llaman los académicos, una comunidad empoderada y segura.
Vivir en el respeto, en el amor al prójimo, en el deseo de incluir y participar, poniendo los intereses colectivos por encima de los particulares es construir tejido social, es construir convivencia y paz.

viernes, 4 de enero de 2013


ARMAS PARA MATAR
Suena a tontería hablar del derecho a la vida, puesto que parece existir un acuerdo formal en el que casi todos coincidimos, de la importancia de promocionar, proteger y defender el derecho a la vida. Esto reflejaría que lo asumimos, no solo como un bien básico apreciado individual y colectivamente, sino como el soporte material fundamental para el goce y disfrute de cualquier otro derecho.
La vida es un derecho inalienable, imprescriptible e irrenunciable que debe ir de la mano con su calidad. No se va contra este derecho únicamente cuando se asesina a una persona, sino también cuando por acción o por omisión no garantizamos los medios mínimos y las condiciones adecuadas para que se lleve una vida digna.
Colombia es una sociedad de contradicciones. La pena de muerte está abolida legalmente, pero son diarios los casos donde bandas criminales, guerrilla, paramilitares, delincuencia común, ciudadanos indignados o personas vinculadas al estado, quienes en diversas modalidades de asesinato, desde el homicidio por atracar o en riña familiar o callejera, o en las ajustes de cuentas de grupos delincuenciales, masacres, desapariciones forzadas, la mal llamada limpieza social o en asesinatos selectivos, suman permanentemente personas a las que se les ha segado el derecho a la vida.
Según encuesta de Raddar y Napoleón Franco en Colombia de 43 millones de habitantes un 98% dicen creer en Dios. Un 66% se declara católico, un 4.6% evangélico, 0.5% protestante y 22.4% no profesa ninguna religión. De los más de 1.200 encuestados el 93.3% dice que no matará. Esto contrasta con otra estadística entregada por la Universidad Nacional en la que demuestra que en el país circulan al año cinco millones de armas. Recordemos que un arma es un utensilio que sirve para atacar, matar, herir o defenderse. De esos cinco millones, 660 mil pertenecen a la fuerza pública, un millón 221 mil a particulares y más de 3 millones a actores ilegales.
¿Cómo entender que el 98% de la población crea en Dios que ordena no matar, el 93.3% diga que no mataría y por día mueran dos colombianos asesinados a bala o puñal? Diariamente mueren asesinados 48 colombianos, lo que nos da una cifra alrededor de 18 mil muertes violentas al año. El uso de armas se ha generalizado con la disculpa de la defensa personal o familiar. Cabe la pregunta ¿luego las autoridades y el estado no se inventaron para proteger a todas las personas en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos? El estado está hecho para monopolizar el uso legítimo de la fuerza y la coerción.
Con las cifras dadas lo que constatamos es la debilidad del estado. La falta de eficiencia de sus autoridades. Eso insta a los ciudadanos, al sentirse indefensos a tomar medidas de protección, incluso a hacer justicia por mano propia. Pero a la larga,esto en lugar de fortalecer la sociedad la deteriora. Una persona armada se siente con poder. Y las armas se hicieron para matar, herir, hacer daño.
Debemos fortalecer al estado, rodear a las autoridades y exigirles de forma permanente que cumplan su función. Poseer armas es no creer en el estado ni en sus autoridades. Es debilitar las instituciones. El estado debe tener el monopolio de las armas. Hay que abrir el debate sobre el desarme de los ciudadanos.