sábado, 30 de abril de 2011

¿LAS BACRIM INEXISTENTES O INVISIBLES?
Por: Agustín Angarita Lezama
Es manida la frase que en la guerra la primera muerta es la verdad. Esto refleja que los contendientes manipulan cifras, datos e información, para no evidenciar debilidades y resquebrajamientos o para mostrar ficticias fortalezas. La idea me viene a la mente rememorando planteamientos hechos por las autoridades hace unos pocos años…
Que en el Tolima no existían grupos paramilitares, repetían casi al unísono autoridades civiles y militares. Si alguien se quejaba, se le corregía diciendo que lo que existían eran delincuentes organizados. Pasó el tiempo y la cantinela no cesaba: no existen paramilitares en el territorio tolimense. Pese a lo dicho una y mil veces, nuestra dirigencia política resultó en la cárcel acusada de nexos con el paramilitarismo. ¿Cómo podría ser posible una alianza de nuestros políticos con grupos inexistentes? Las cifras oficiales de desplazamiento interno forzado en el Tolima del 2010 llegan a 5.948 personas y en la última década a 153.709 personas. De los pocos desplazados que además de tramitar las ayudas humanitarias, denuncian el delito (porque el desplazamiento forzado es un delito) la mayoría acusa a los grupos paramilitares de su forzosa huida. ¿Cómo pueden grupos inexistentes desplazar a tanta gente? La incredulidad crece cuando se escuchan las declaraciones de paramilitares desmovilizados quienes dentro de los procesos de Verdad, Justicia y Reparación, han confesado que operaban en el norte del Tolima (frente Omar Isaza) o en el centro y sur (Bloque Tolima) o en el oriente (bloque Centauros), donde cometieron toda clase de crímenes y han entregado las coordenadas de fosas comunes y reconocido apropiaciones ilegales de bienes muebles e inmuebles. ¿Cómo es posible que grupos y personas que no existen, se desmovilicen, que se declaren culpables de delitos que existieron y expliquen pormenorizadamente como se tomaron las finanzas del Estado en contubernio con algunos políticos y autoridades corruptas? ¿O sería que los paramilitares del Tolima si existían, y que asociados con Harry Potter el joven mago famoso, recibieron de él capas mágicas que los hicieron invisibles a los ojos de las autoridades?
Hoy por hoy ya no hay paramilitares. Pero en las zonas urbanas y rurales de Fresno, Mariquita, Honda, Falan, Palocabildo, Villahermosa, Casabianca, Lérida, Ibagué, Coello, Espinal, Guamo, San Luis, Ortega, Saldaña, Natagaima y Ataco, aparecen grupos armados que intimidan, extorsionan, amenazan, asesinan y desplazan ciudadanos, ellos actúan como actuaban los paramilitares, se visten como ellos, operan como ellos… En otras zonas del país, como un parte de victoria en la guerra, las autoridades declararon que los paramilitares desaparecieron y que sus reductos se reorganizaron en Bacrim, bandas criminales. Pero en el Tolima tampoco hay Bacrim, solo delincuentes organizados…
¿Será que tenemos que esperar unos años a que se desmovilicen algunos miembros de las Bacrim y que para negociar sus penas denuncien sus aliados entre las autoridades y políticos, y, entonces, detengan políticos denunciados por esas alianzas, para que se mejore la visión de las autoridades de hoy? El creciente tráfico de precursores para procesar alcaloides, el cuidado y funcionamiento de cristalizaderos de coca; el auge de la minería ilegal y sus consecuentes desplazamientos de población, huelen a las Bacrim, parecen ser de las Bacrim, actúan como Bacrim, pero como no existen en el Tolima, o son invisibles... ¿Será que habrá que esperar con paciencia a que el tiempo pase para que las autoridades puedan ver?