OPINIÓN PÚBLICA, CIUDADANÍA Y POLITIQUERÍA
En elecciones es común escuchar
hablar de opinión pública. Los que apelan a ella son casi siempre, candidatos
con poco trabajo popular y bajo arraigo.
Tienen aspiraciones electorales y chocan contra la maquinaria política,
por lo que pretenden invocar a la opinión pública para obtener apoyos para
acceder a cargos de elección popular.
La academia enseña que la opinión
pública es reflejo de una sociedad ilustrada. De la construcción de una
ciudadanía crítica. De una sociedad civil fuerte. Una sociedad ilustrada es
fruto de una educación de calidad, donde el pensamiento crítico sea el hilo que
conduzca la enseñanza y el aprendizaje. Casi todas las evaluaciones sobre educación en Colombia nos dan unas
cifras bajas, dolorosas y preocupantes. Tenemos una educación
profesionalizante, que da mucha instrucción, muy poca formación, construye
escasa autonomía, mucha dependencia y muy poco criterio y carácter. Conclusión:
la ilustración de nuestra sociedad es precaria y circunscrita a las élites.
Nuestra ciudadanía es débil. En
Colombia ocurren masacres escabrosas, corrupciones monumentales y actos
terribles que no despiertan grandes indignaciones expresadas en movilizaciones
de protesta ni exigencias de justicia y cambio. Si acaso hay movilizaciones
esporádicas, desarticuladas que no producen nada. La cultura ciudadana brilla
por su ausencia en muchas partes mostrando desorden en el tránsito vehicular,
en la disposición de residuos sólidos, control del ruido, en el respeto a la normatividad...
Conclusión: tenemos déficit de ciudadanía.
El concepto de sociedad civil
tiene que ver con grupos de personas organizadas, por fuera de los partidos
políticos y del estado, que se movilizan desde la legalidad para defender
intereses colectivos y para hacerle exigencias al estado reflejando sus
interese en las decisiones de este. La sociedad civil que existe es gremial y
obedece a intereses de los sectores poderosos. La sociedad civil democrática,
que defienda intereses populares es débil y pequeña. Esto demuestra un tejido
social poco denso, fácilmente rompible. Conclusión: Sociedad civil débil y
tejido social roto.
La dirigencia política, que ha
gobernado en el país y en sus regiones, es la responsable de este déficit. Ellos
han manejado la educación con criterios clientelistas, politiqueros, con poca
preocupación por los contenidos de lo que se enseña. Les preocupa la cobertura,
porque más niños en la escuela representan más necesidad de aulas e
infraestructura y por lo tanto, más contratos, más jugosas prebendas, más
maestros que nombrar y mayor clientela para perpetuarse. Personas con poca
ilustración y pensamiento crítico, son seres humanos más maleables y
vulnerables políticamente.
A los políticos tradicionales le
conviene que los habitantes de sus ciudades no comprendan sus discursos
cargados de lugares comunes, de mentiras, de promesas incumplibles y de
proyectos sin soportes. De ahí salen sus votos. No les importa que los
ciudadanos se organicen, salvo a favor suyo para generarles respaldos. Gobiernan
solo con clientelismo. Donde ocupan un cargo público, trastean sus seguidores
para mantener su cauda. Ellos, los que mantienen a la gente en la ignorancia y
desorganización, se preocupan ahora por la indiferencia y apatía de la gente. Y
quieren que vote por ellos. ¡Qué sinvergüenzas!
@agustinangarita